Documental "Escorpiones en una botella" Guerra Fría Canal Historia

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Joseantrule

55 лет назад

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Durante estas semanas se ha derramado un río de tinta con respecto a la última película de Christopher Nolan: Oppenheimer, obra inspirada en la vida del ‘padre’ de la bomba atómica, el físico teórico americano J. Robert Oppenheimer. A pesar de los múltiples análisis que se han hecho respecto a la película y los dilemas éticos asociados a la creación y uso de la bomba atómica, poco se ha hablado de los aspectos político-económicos y positivos del legado de Oppenheimer. En esta columna analizaré –sin muchos spoilers– las implicancias del trabajo de Oppenheimer desde una visión más positiva respecto al legado científico de dicho físico.

Primero, debemos señalar que Oppenheimer no es solo el ‘padre’ de la bomba atómica, sino que fue además uno de los físicos más brillantes del siglo XX junto a Albert Einstein (1879–1955), Erwin Schrödinger (1887–1961) y Enrico Fermi (1901–1954), entre otros. A pesar de que la cinta se enfoca sobre todo en el rol del físico en la creación del proyecto Los Álamos (parte del Manhattan Project) –que culmina con la creación de la primera bomba atómica operativa–, Oppenheimer fue además un pionero en la astrofísica de los agujeros negros (black holes).

En una serie de papers en 1939 (Oppenheimer and Volkoff, 1939; Oppenheimer and Snyder, 1939), Oppenheimer formó parte del primer equipo que determinó el límite de la masa de un único núcleo atómico; lo que hoy conocemos como el núcleo de una estrella de neutrones antes de colapsar por completo, circunstancia de colapso que Oppenheimer creía posible a la luz de sus resultados matemáticos (Siegel, 2023).

En esa época al fenómeno se le conocía como “estrella oscura” o, en términos actuales, agujero negro. Así, Oppenheimer (Oppenheimer and Snyder, 1939) declaró que los agujeros negros eran el resultado inevitable de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, contrariamente a lo que pensaba y esperaba el mismo Einstein. Oppenheimer postuló que los agujeros negros no eran solo una excentricidad de las matemáticas teóricas, sino probablemente objetos astrofísicos reales: que una estrella lo suficientemente masiva está destinada a implosionar, creando una trampa mortal de la cual todo lo que entra no puede escapar. Einstein, por su parte, creía que este fenómeno no podría pasar en la realidad y era solo una curiosidad matemática, la cual la naturaleza debería resolver.

En un artículo de 1939, Oppenheimer y su coautor H. Snyder demostraron que una estrella suficientemente masiva, cuando agota su combustible nuclear, necesariamente se contraerá para siempre, formando lo que ahora conocemos como un agujero negro. De esta manera, Oppenheimer demostró que Einstein estaba equivocado acerca de los agujeros negros (Kelvey, 2023). El Premio Nobel de Física Luis W. Álvarez comentó una vez que, si Oppenheimer hubiera vivido lo suficiente para ver sus predicciones corroboradas por experimentos (como en el 2019 con la primera imagen de un agujero negro), este podría haber ganado el Premio Nobel por su trabajo sobre el colapso gravitacional, en relación con las estrellas de neutrones y los agujeros negros (Feldman, 2000).
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